martes, 24 de junio de 2008

La tía Mia

Tres años después de la boda entre los padres de Divinity, Albert Prewett y Jessica Buonarrotti, la hermana menor de Jess, Mía, se mudó a Londres a vivir a una pequeña casita cercana a la estación de King's Cross. Mía acababa de terminar los estudios en la prestigiosa escuela de florentina magia Collieri, por lo que hacía poco tiempo que había alcanzado la mayoría de edad. Pese a ser hermanas, Mía no se parecía físicamente en nada a su hermana mayor Jessica: era morena, de ojos verdes y profundos, pero, eso sí, estar en su presencia hacía que se respirara una paz idéntica a la que desprendía Jess.

En aquella época, la pequeña Divinity ya tenía cerca de tres años y era una muchachita realmente linda, la viva imagen de su madre, a excepción de su cabello, que era completamente rubio, y de sus ojos, que poseían un extraño y a la vez atrayente tono violáceo. Era una niña muy risueña, siempre que podía le pedía a su padre que la llevara a casa de sus primos para jugar con ellos, sobretodo con los gemelos, hacia quienes siempre había sentido una especial fascinación debido a la facilidad que tenían para hacer reír a todo el mundo con tan solo 4 años. Sin embargo, Mía se había convertido en poco tiempo en su principal compañía, en su mejor compañera de juegos, en la persona con la que siempre iba de paseo... Y así pasaron otros tres años felices durante los cuales Divinity y Mía estrecharon relaciones hasta el punto de ser como dos hermanas, como dos amigas inseparables. Jugaban, reían, hablaban… Mía siempre era quien salía con Divi a comprarle ropa, quien la peinaba,… se lo pasaban muy bien. Pero esa extraña relación se vio truncada poco después de que Divinity cumpliera los 6 años.

Mía contrajo una extraña enfermedad que poco a poco iba minando su vitalidad, sus fuerzas... hasta su belleza parecía desaparecer a medida que su piel iba palideciendo más y más. En poco más de un mes, Mía ya no podía ni salir de la cama y tuvo que trasladarse a casa de Jess, quien cuidaba de ella y le administraba los calmantes pertinentes para paliar sus dolores. Divinity, por su parte, se pasaba las tardes enteras al lado de Mía, hablándola, leyéndole los libros que su madre le había regalado o contándole las nuevas travesuras de sus primos y cómo fastidiaban a su pobre primo Ron, el cual se llevaba siempre un par de llantinas al día por su culpa. Pero Mía empeoraba día a día, incluso empezó a dejar de luchar por continuar, pues cada segundo para ella era una horrible agonía que la mataba por dentro.

Una tarde de invierno, muy cercana a las Navidades, Divinity subió al cuarto de Mía después de comer, sentándose en la cama, a su lado, y tomándola de la mano. Fuera todo estaba nevado, los coches llevaban cadenas en las ruedas para no resbalar, se oían las risas de los niños muggles jugando a tirarse bolas de nieve o haciendo muñecos con ella. Pero Divinity no salió a jugar, sino que se quedó al lado de Mía, sentada, como siempre, como una hermana y amiga fiel.

-Divi cariño…- susurró Mía a penas con un hilo de voz, mirando los violáceos ojillos de la muchacha, la cual parpadeaba en espera de las palabras que brotaran de los labios de su tía -tienes que dejarme ir- susurró de repente. Esas palabras hicieron que la niña palideciera y apretara fuertemente la mano de su tía, negando una y otra vez.

-No... no tita, no quiero- dijo intentando no romper a llorar, tragando saliva sonoramente, intentando bajar y deshacer ese nudo que se le había formado en la garganta tan repentinamente.

-Mi vida... No puedo seguir aquí a tu lado- susurró con una tranquilizadora sonrisa en sus labios -, cada minuto me duele más cada fibra de mi cuerpo, necesito descansar y quiero que lo comprendas. He intentado luchar y seguir adelante incluso con los dolores que matan poco a poco mi cuerpo…Si aún no me he ido ha sido por ti, por eso quiero que lo entiendas y que me des tu permiso.

-Pero... yo no quiero... no tita, no te vayas... no quiero quedarme sola, no quiero, no quiero- repitió una y otra vez mientras hundía su cabeza en el pecho de su tía, escuchando el lento y desacompasado sonido de su enfermo y débil corazón mientras las primeras lágrimas brotaban de sus ojos.

-Por favor, Divi, entiéndeme... Además no estás sola, tienes a mamá y a papá, ellos siempre cuidarán de ti, y yo también mientras me recuerdes. Mi vida, yo te quiero mucho, pero necesito ese descanso, concédemelo tú- la mujer alzó una de sus temblorosas y casi mortecinas manos, acariciando los cabellos de la niña en el mismo instante en el que Jess se llegaba a la puerta de la habitación, deteniéndose al ver la escena. La niña sopesó las palabras de su tía... no podía condenarla a una vida de sufrimiento por puro egoísmo. Finalmente asintió entre sollozos, preparándose para perderla para siempre.

-Adiós tita- susurró abrazándose más fuerte a ella, sorbiendo el agüilla que brotaba de su pequeña nariz debido al llanto. Jess se llevó la mano a los labios en el mismo instante en el que Mía sonreía de medio lado, cerrando los ojos relajadamente. Un instante... un instante y su corazón se detuvo para siempre. Jess se acercó a su hija, que se abrazaba al cuerpo yaciente y sin vida de Mía, llorando amargamente su pérdida, y la incorporó con cuidado. Divinity, al notar los suaves tirones de su madre, se levantó y se abrazó con fuerza a su cuerpo. Ya no la vería más, ya no jugaría más con ella, pero jamás, jamás la olvidaría. Pero la muerte no sólo se había llevado a su tía, sino que también, en ese instante, le había arrancado toda infancia y había incrementado en silencio el miedo a querer con locura a alguien y perderle en un suspiro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Jos, ya empezamos con el sufrimiento T_T.
Pobechita Divi.

Anónimo dijo...

=(

Pobre Divi!!!

=(

Está genial lo que escribessss!!! =)

Besitos niña =)!

Anónimo dijo...

Ya empezamooooos... esa pobre bruja no tiene nada alegre en su vida y luego la trajica soy yo con Marcus XDDD

Genial nena, como siempre... a seguir publicando

BYEBYEEEE

Anónimo dijo...

Mu bonico Nana-chan *o*

Pero deberías darle un respiro a tus personajes principales, no todo pueden ser escenas tristes o peleas, que cualquiera en su lugar acaba tirándose por un puente xD

Dale algo que la anime un poco, aunque sea aprender a hacer calceta xD

Salu2! ^^


PD: te ha quedado muy bien el blog y agradezco cada vez más no haber visto la versión "barbie" xDDD

Anónimo dijo...

Jooooo que hartón a llorar T.T

Si te pones a leer sin prisas y con las pausas pertinentes y pones la cancion de Double Troble... Encima te dá ambientillo...

T.T